Comentario
Lunes, 11 de marzo
Hoy se despidió del Rey, y le dijo algunas cosas que dijese de su parte a los Reyes, mostrándole siempre mucho amor. Partióse después de comer, y envió con él a D. Martín de Noroña, y todos aquellos caballeros le vinieron a acompañar y hacer honra buen rato. Después vino a un monasterio de San Antonio, que es sobre un lugar que se llama Villafranca, donde estaba la Reina, y fuéle a hacer reverencia y besarle las manos, porque le había enviado a decir que no se fuese hasta que la viese, con la cual estaba el Duque y el Marqués, donde recibió el Almirante mucha honra. Partióse de ella el Almirante, de noche, y fue a dormir a Llandra.
Martes, 12 de marzo
Hoy, estando para partir de Llandra para la carabela, llegó un escudero del Rey que le ofreció de su parte que, si quisiese ir a Castilla por tierra, que aquel fuese con él para lo aposentar y mandar dar bestias y todo lo que hubiese menester. Cuando el Almirante de él se partió, le mandó dar una mula y otra a su piloto, que llevaba consigo y diz que al piloto mandó hacer merced de veinte espadines, según supo el Almirante. Todo diz que se decía que lo hacía porque los Reyes lo supiesen. Llegó a la carabela en la noche.
Miércoles, 13 de marzo
Hoy, a las ocho horas, con la marea de ingente y el viento Nornorueste, levantó las anclas y dio la vela para ir a Sevilla.
Jueves, 14 de marzo
Ayer, después del sol puesto, siguió su camino al Sur, y antes del sol salido se halló sobre el Cabo de San Vicente, que es en Portugal. Después navegó al Leste para ir a Saltés, y anduvo todo el día con poco viento hasta agora que está sobre Faro.
Viernes, 15 de marzo
Ayer, después del sol puesto, navegó a su camino hasta el día con poco viento, y al salir del sol se halló sobre Saltés, y a hora de medio día, con la marea de montante, entró por la barra de Saltés hasta dentro del puerto de donde había partido a tres de agosto del año pasado. Y así dice él que acababa agora esta escritura, salvo que estaba de propósito de ir a Barcelona por la mar, en la cual ciudad le daban nuevas que sus Altezas estaban, y esto para les hacer relación de todo su viaje que Nuestro Señor le había dejado hacer y le quiso alumbrar en él. Porque ciertamente, allende que él sabía y tenía firme y fuerte sin escrúpulo que Su Alta Majestad hace todas las cosas buenas y que todo es bueno salvo el pecado y que no se puede abalar ni pensar cosa que no sea con su consentimiento, "esto de este viaje conozco, dice el Almirante, que milagrosamente lo ha mostrado, así como se puede comprender por esta escriptura, por muchos milagros señalados que ha mostrado en el viaje, y de mí, que ha tanto tiempo que estoy en la Corte de Vuestras Altezas con opósito y contra sentencia de tantas personas principales de vuestra casa, los cuales todos eran contra mí, poniendo este hecho que era burla, el cual espero en Nuestro Señor que será la mayor honra de la Cristiandad que así ligeramente haya jamás aparecido". Estas son finales palabras del Almirante don Cristóbal Colón, de su primer viaje a las Indias y al descubrimiento de ellas.
DEO GRACIAS